21 días descansando correctamente

¡No cenes mucho! Si tu estómago se mantiene activo, tu organismo también, negándole la posibilidad de descansar más profundamente.

Es importante que duermas las horas suficientes. Deja el móvil y las series y vete a dormir antes, tu cuerpo agradecerá que de verdad le dediques las 8 horas mínimas que necesita.

Pon colonia en tu almohada. Parecerá mentira, pero dormir con el olor de un perfume conocido hará que tu cerebro, inconscientemente se relaje de forma más sencilla. Eso, o siempre puedes poner una pequeñita bolsita con valeriana y plantas aromáticas bajo la almohada.

¡Cambia la almohada! Llevas demasiado tiempo con la misma almohada y, aunque creas que todavía te sirve, cambiarla de vez en cuando y dejarla respirar mientras usas una segunda, ¡no te vendrá nada mal!

¡Haz deporte! Por la mañana o por la noche, pero notarás cómo al cansar a tu organismo, las noches son mucho más tranquilas.

Medita 5 minutos antes de irte a la cama. Olvidar los problemas del día a día y alejarlos de tu mente antes de ir a dormir te permitirán que duermas más pronto y más tranquilo. ¡Mañana será un día nuevo!

Aleja lo máximo posible cualquier aparato electrónico. Aunque nos gusta tener el móvil cerca para la alarma o por si algo pasa, el aparato electrónico irradia muchas radiaciones que interfieren en nuestro descanso.

Apaga bien todas las luces y aparatos eléctricos antes de irte a dormir. A menudo te tumbas en la cama y piensas: ¿he apagado esto? ¿Y aquello? Esa situación de estrés te alejará de tu descanso óptimo.

¡Haz hoy todo lo que puedas no hacer mañana! Si te acuestas dándole vueltas a la cabeza pensando en algo que no has hecho y que hubieses debido hacer, notarás como el estrés causa estragos.

Intenta hacer la cama. Aunque a veces te dé pereza, estirar las sábanas y ponerlo todo bien te ayudará en el descanso. ¿A quién no le ha molestado alguna arruga en la sábana?

Elige bien la ropa con la que duermes. A veces los pijamas de cuerpo entero son muy calentitos para andar por casa, pero para dormir… Es muy importante estar cómodo para poder dormir toda la noche.

Si duermes acompañado, a veces es inevitable no pasar calor o no darte alguna que otra patada. Intenta buscar siempre tu descanso y tu postura óptima. Aunque quieras dormir pegado a él/ella recuerda que tu descanso ¡va por delante!

Escribe algo de tu día antes de irte a dormir. Aunque no lo creas, dejar plasmado tu día a día y exteriorizar así tu rutina te ayudará a descansar mejor.

Evita los carbohidratos para cenar o alimentos con mucha grasa, tu organismo no podrá descansar así.

Mímate un poco antes de dormir. Cremas hidratantes y naturales para tu piel te ayudarán a conciliar mejor el sueño.

Evita el uso de aparatos electrónicos al menos 1 hora antes de ir a dormir. Sabemos que vivimos pegados a las pantallas, pero si te alejas de ellas al menos 1 hora antes de ir a dormir, notarás el cambio.

Usa un despertador suave. Puede que pienses que solo con un despertador fuerte y agresivo eres capaz de despertarte, pero lo cierto es que un despertador suave prepara mejor a tu organismo y no lo pone en marcha de una forma tan agresiva.

Evita los espejos en la habitación. Aunque a todos nos gusta tener un espejo para vernos antes de salir de casa, el mejor sitio no es tu habitación. Según los principios del Feng-Shui, el espejo roba energía.

Evita las corrientes de aire, ya sean naturales o artificiales. Aunque en un primer momento no pueda molestarte, en el transcurso de la noche lo hará y te despertará.

Intenta ir al baño y hacer tus necesidades antes de ir a dormir. A nadie le gusta despertarse en mitad de la noche y tener que salir corriendo de debajo del edredón por tener que ir al baño.

¡Agua! La hidratación es algo primordial. Es común despertarse en mitad de la noche y encontrarte con que tienes sed, pero no las ganas de salir a buscarla. Si te dejas un vaso en la mesita de noche podrás volver a conciliar el pronto ¡antes de lo que piensas!